Episode 6

Vendedores de vino, comerciales de ilusión

Un buen comercial de vino requiere habilidades y conocimientos técnicos, pero también pasión y amor a un oficio. Es lo que encontramos con Iñaki Oñatevia, jefe de ventas de Bodegas Gran Feudo, y Alfonso Garcés, director comercial nacional de Bodegas Príncipe de Viana, los protagonistas del nuevo capítulo del pódcast “Mi gente tiene D. O. N.: relatos de vida y vino.

Transcript
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Narrador: "Mi gente, tiene D.O.N.: relatos de vida y vino."

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Entrevistadora: Amanecen en una ciudad, se acuestan en otras, suman cientos de miles de kilómetros a sus espaldas y por sus almas corre el vino. Quienes hoy vamos a tener la oportunidad de entrevistar, aman el vino. No en vano llevan toda su vida contando sus bondades por el mundo y vendiéndolo. Hoy hablamos de vidas de vino con Iñaki Oñate Via, Jefe de Ventas de Bodegas Gran Feudo y Alfonso Garcés, Director Comercial Nacional de Bodegas Príncipe de Viana. ¡Bienvenidos!

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Iñaki : Bien hallados.

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Entrevistadora: Gracias por hacer parada hoy en vuestro viaje continuo aquí en nuestro pódcast, para poder conocer vuestras vidas. Sois personas que os dedicáis a vender vino allá donde vais, ¿qué es el vino para vosotros?

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Alfonso: Para nosotros yo creo que aquí tenemos la misma respuesta. Para nosotros es una forma de vida. Final no vemos nuestra vida llena después de tantos años sin estar alrededor del vino. Nada igual.

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Iñaki : Al final a nosotros nos toca ir repartiendo alegría, y la alegría la repartimos con el vino y cuanta más gente esté contenta mejor. Con lo cual necesitamos vender más vino para que la gente esté más contenta. Ese es nuestro trabajo resumido.

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Entrevistadora: Casi como Papa Noel, repartiendo regalos.

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Iñaki : Casi, pero todo el año, y con objetivos que Papa Noel no tiene.

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Entrevistadora: Vosotros, en cambio, si os imagináis, ¿vender algo que no sea vino?

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Iñaki : Yo no, la verdad.

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Alfonso: Yo tampoco. Yo soy electrónico, acabé vendiendo vino, en el mundo del vino, por circunstancias para mostrar el tema comercial, pero sí he tenido oportunidades de volver a lo que había estudiado, pero las he rechazado. Yo creo que si hablas con gente que ha estado en el mundo del vino y ha salido del sector, y todo el mundo quiere volver. Es un sector que tiene algo único, que enamora, que te engancha. Es algo, son vivencias y es algo totalmente diferente. No sé si Iñaki, pero todo el mundo quiere volver.

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Iñaki : Porque en realidad no vendemos vino, vendemos ilusión. Nosotros Cuando me dice, "qué difícil es vender, ¿no?". Todo el mundo vende algo, la gente no se da cuenta que todo el mundo vende algo, uno vende su imagen, uno vende hasta cosas intangibles. Nosotros vendemos algo muy obvio, pero en realidad lo que vendemos es cubrir necesidades de nuestros clientes. Yo creo que nunca he dicho más veces: ¿qué necesitas? ¿Qué te hace falta? ¿Qué hacemos? Cosas que estén ya inventadas o nos inventamos algo. Da igual.

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Alfonso: El vino, además, va muy ligado. Que al final ¿Qué son? Ya no es una botella de vino, son emociones. Al final una emoción, es una celebración ¿Qué es una celebración sin una botella de vino? Donde la compartes con tus amigos, con tus familiares, con tu novia, con tu pareja, con lo que sea. Hay mucho más en esa botella de vino, que es una emoción. Tú tienes emociones y lo tienes. Una botella de vino según tu estado de ánimo te sale buena o cuando estás mal, pues no se la bebe nadie.

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Iñaki : Se nota muchísimo, la verdad.

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Entrevistadora: ¿Es un conector social?

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Iñaki : Totalmente. Te desinhibe, porque muchas veces el vino la gente lo engloba como un alcohol, y a mí eso me da mucha rabia. El vino es un alimento y hay que tomarlo en su medida, como cualquier medicamento, como cualquier otra cosa. Todo en exceso hace daño, pero el vino en su medida es la mejor manera de comunicarnos, la mejor manera de expresar nuestras emociones. Yo creo que es algo único, lo he dicho muchas veces, pero creo que si los problemas los tratásemos con un vino, y hablásemos relajadamente con un vino, sería mucho más fácil solucionarlo.

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Entrevistadora: O sea que tú, a alguna que otra persona, le recetarías un vino. ¡Tómate un vino, chaval!

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Alfonso: Sería mejor, además, es que creo que es un abanico muy amplio. El vino en emociones, puede ser también tú lo dices para conversar, como comenta Iñaki, para celebrar, pero también para desconectar de alguna manera: "Oye, vamos a tomarnos un vino, vamos a salir de este día a día, de la rutina, de relajarnos, de charlar, de habla de--"

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Iñaki : Luego, desde que eliges un vino hasta que te lo bebes, ya lo estás disfrutando, o sea, estás eligiendo el vino en la estantería y ya sabes qué plato le vas a poner al lado, con quién te lo vas a beber, la cara que va a poner, o sea, sin abrir la botella ya lo estás disfrutando. Eso con pocos productos pasa. Yo creo que es la magia que tiene el vino.

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Entrevistadora: Tú, Iñaki, ¿cómo llegas a este mundo? ¿Cómo te dejaste conquistar por él?

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Iñaki : Yo siempre he sido comercial. Yo empecé en una empresa de maquinaria de alimentación y hostelería. Siempre he tenido la relación con Chivite, con Gran Feudo, porque ya estudiando les hacía todos los trámites de exportaciones y tal, que me enviaban en el autobús de línea que venía de Sintronio y yo le hacía todos los papeleos y se los reenviaba a la bodega, y esto hablamos hace 30 años.

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Entrevistadora: Qué fuerte la verdad, cómo hemos cambiado, que el papel te lo trajera el autobús de línea y ahora con un simple clic.

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Iñaki : Yo cogía un sobre, iba al ministro de Agricultura, iba a Hacienda e iba al Consejo Regulador. Cada uno ponía un sello, y eso era todo para exportación y lo mandaba. Que ahora ya eso parece de ciencia ficción o de antes.

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Entrevistadora: Un día te dijeron, ya menos papeleos y ven [diafonía 00: 05:40- 00:05:41]

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Iñaki : Otro día ya me propusieron llevar las ventas de Navarra. Luego, tuve la suerte que no me equivoqué mucho y me propusieron Guipúzcoa. De Guipúzcoa pasé a Vizcaya, de ahí a Cantabria, Asturias, Galicia y luego, terminé haciendo como director nacional, y ahora, con la fusión que hicimos con un grupo mayor, llevo el norte, pero me ha tocado hacer muchas cosas.

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Entrevistadora: Suena a la historia de la conquista de un territorio.

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Iñaki : Me gusta decir ahora, yo llego hasta Finisterre. Como era donde se acababa el mundo, parece que ahora es una barbaridad. Tengo una zona que conozco bien y la verdad es que los lunes salir a trabajar para mí es como ir a pasármelo bien, yo disfruto. Te pasará a ti lo mismo, Alfonso.

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Alfonso: Sí.

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Iñaki : Me lo paso muy bien. Tenemos un trabajo que la gente le da mucho mérito, pero en realidad es una suerte poder trabajar en esto.

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Entrevistadora: Alfonso, ¿qué hace un electrónico como tú en un mundo como este?

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Alfonso: Lo mío fue un poquito circunstancial. Siempre las cosas son por algo, las cosas no pasan porque sí. Yo he estado muy ligado también al tema electrónico, pero me gustaba mucho el tema comercial. Llevaba la zona de una empresa de vending conocida aquí en Navarra. Somos pioneros también en el vending, y me tocaba hacer acciones con Sudamérica y demás. Hubo una oportunidad para entrar en el grupo Bodeguero, el grupo Príncipe de Viana y me lancé. Estas cosas que dices, si no lo pruebas, nunca sabrás el resultado.

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Alfonso: Ahí di ese paso, me convertí prácticamente ya en comercial puro, dejando la parte técnica, pero te das cuenta de que sea un comercial puro, siempre que conoce el producto que tú vendes, y el vino también. Tienes que hablar, tienes que defenderlo, tienes que explicarlo, y poco a poco ahí fui creciendo y entré con veintiséis años al grupo Bodeguero. Con el crecimiento de otra de las bodegas, de la bodega El Bred, y luego nos fueron fusionando un poquito y ya prácticamente los equipos comerciales, llevan todo lo que es las bodegas del grupo y poco a poco, de la mano de la empresa en la que estuve, he ido creciendo tanto personalmente como profesional. También estoy agradecido a que han invertido tiempo en mí, tiempo y dinero también. De alguna manera me han formado y algo habremos hecho bien aquí, igual que Iñaki después de tantos años.

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Iñaki : Se nota la inversión, se nota. Lo notamos en el mercado.

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Entrevistadora: Como Icai, se vino a decir [inaudible 00:08:17- 00:08:17] Bien lo decías, Alfonso, que teníais que conocer bien el producto, conocer bien qué es, pero ¿cuáles son los argumentos que convencen? ¿Vuestros argumentos Estrella? Cuando encontréis con alguien que puede comprar vuestros vinos, y que conseguís atraerlos hacia vuestra bodega, hacia vuestros productos.

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Alfonso: Esos argumentos también varían un poquito, pero el tema que tenemos es si al final todos los vinos vienen del mismo sitio, de una vid, de un trabajo, un manejo, hay de diferentes manejos en la vid, diferentes tipos de elaboración, de alguna manera, pero sí, lo que tienes que contar es una historia, la gente se queda más con la historia, que la descripción del vino, que si esto vas a x kilos por hectárea de selección. Al final, prácticamente todos eso es lo mismo, tú tienes que vender una historia, que haya algo, sobre todo algo real también, pero que digas, [inaudible 00:09:08- 00:09:09] : "Mira estas viñas son de mi abuelo que la hicieron, venía con un-- No lo sé, es siempre lo que más queda. La gente por lo menos te recuerda de alguna manera.

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Iñaki : Yo un poco clasifico los clientes en dos tipos, principalmente. El que tiene iniciativa y ya tiene más o menos las ideas claras de lo que quiere y el que te pregunta, ¿qué harías tú?, ¿qué me propones? Por eso, como dice Alfonso, es muy importante la formación, pero luego tienes que adaptarte al registro de cada cliente. Hay gente que quiere que le expliques hasta el último detalle de la elaboración y hay otro que prefiere que le cuentes la historia. Que a mí es lo que más me gusta, al tener una avanzada edad, como es mi caso, he visto nacer todos los vinos que tenemos en el mercado, y eso me posibilita poder contar donde hemos acertado y sobre todo, donde hemos fallado.

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Iñaki : Que a la gente le gusta también ver que un error muchas veces da pie a un acierto, y cometer errores a nivel de comercial de un producto, no es que tú lo enfocas para un público y resulta que es otro totalmente diferente. Necesitas cometer ese error para coger el camino correcto. Todo eso contado sobre cada vino es mucho más agradable de contar, que si tiene alto el no sé qué, o los sulfitos van y vienen, que eso al final interesa a cuatro. La gente quiere contar por qué ese vino es como es. Sobre todo yo estos últimos años pisar Viña. Yo no he salido del viñedo en Pandemia, me ha venido superbién, porque he vivido en el viñedo y he estado en el viñedo con los clientes, días enteros y la verdad es que lo que más vende a nivel de vino, es el viñedo, sin lugar a dudas.

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Alfonso: Que es realmente donde se hace el producto. Como decía Iñaki, también es como venderlo, como ofrecerlo, también varía. También tienes que ver qué necesidades tiene ese cliente. Cada cual, cada vendedor tiene que conocer cuáles son los puntos fuertes de su producto. Cada uno tiene unos puntos fuertes diferentes o en otros coincides, pero también al final lo que hacemos es tapar necesidades del mercado. No creamos la necesidad, aquí hay dos cosas o creas necesidad, complicadísimo crear una necesidad, pues las necesidades ya existen. Hay que cubrir esas necesidades.

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Entrevistadora: ¿Cómo conseguís que prueben vuestros vinos? Porque hay mentes más abiertas y menos.

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Iñaki : Yo, principalmente, contando previamente la historia. Tú, si cuentas la historia del vino, la gente está deseando probarlo para ver si se la has pegado o para ver si has acertado. Normalmente, lo entienden mucho mejor si tú lo explicas y dices ¿Por qué? Porque al final hablamos del viñedo, lo que marca tu vino es tu viñedo, tu localización, si es una ladera, la orientación. Todo eso está en el vino, si tú lo explicas antes y luego lo ven en el vino, eso no se les olvida. No es ya cuestión de fe. Antes tu vino era bueno porque lo decías tú, ahora no, ahora la gente a través de los medios que tenemos de información, que tenemos en el móvil la mejor biblioteca, cuando vas a hablar de un vino, muchas veces sabe más que tú hasta de tu propio vino.

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Iñaki : Esos matices de viñedo, esa otra parte que es más de pisar, de llenarte de barro los pies, es lo que realmente luego marca la diferencia a la hora de elegir el vino. Por lo menos desde mi punto de vista, es un trabajo más sordo, más lento, pero fideliza mucho más.

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Entrevistadora: Recordáis ¿cuándo empezasteis? ¿Qué diferencias apreciáis de esos primeros momentos? Supongo que también esos primeros errores, ya que mencionabas antes, Iñaki, ese factor de equivocarse para aprender y de cómo ha evolucionado ese contacto con el cliente y esa venta.

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Iñaki : Yo lo que veo diferente con antes que ahora, la compra es mucho más exacta. Yo antes vendía un camión de vino a un cliente y tenía el vino de todo el año. Incluso había clientes que te compraban el vino, lo guardaban un año más y cuando ese añada ya no estaba en el mercado, la sacaban con un añito más de botella. Yo me acuerdo de descargar un camión de vino, que yo iba también a descargar y luego a almorzar con el cliente, clientes conocidos de Pamplona. Hablamos de hace 25 años, descargar el camión, tener el vino de todo el año, tomar luego una chuleta de lo que sea y para casa ellos tan normal, yo luego dos días con la espalda vuelta al aire, pero la verdad que era otra relación. Luego estaban los clientes del día a día, pero esa compra de todo el año con tu vino como prioritario, ya no es así. Ahora ya en todos los sitios hay varias opciones de vinos, un estilo, otro estilo, según para qué menú uno u otro. Ya no es que casi vendían exclusivamente tu vino, ahora es más abierto.

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Alfonso: Se a abierto mucho más bodegas, mucha más competencia.

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Iñaki : Ahora hay más bodegas.

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Alfonso: A mí no me ha tocado lo que comenta, Iñaki, realmente, pero--.

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Entrevistadora: ¿Cuántos años llevas, Alfonso, en esto?

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Alfonso: En esto, 16 años, pero me ha tocado otra época. Además, yo por circunstancias me tocó cuando entré en bodega a trabajar con Luis Urdano, para mí fue una de las personas muy referentes, sobre todo en el vino de Navarra. Yo he crecido mucho y he aprendido mucho de él y le doy las gracias también, que por [inaudible 00:14:40- 00:14:41] falleció, pero te contaba anécdotas en las cuales cuando tú entras con las tecnologías y dices, esto no era así. Me acuerdo, ya cuando pasamos de los teléfonos de números a los táctiles y demás. A coger el teléfono al pobre hombre, meterle los contactos, ponérselos y te contaba anécdotas en las cuales, en septiembre, no tengo vino para vender, hasta que no sea la nueva añada, Luis, ¿eso, cómo lo hacías?, y ¿cómo? En septiembre ya intentas un poquito no dejar a los mejores clientes cortados de vino, pero, esto es lo que había, esa época, que no hay vino para vender no hemos tenido.

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Iñaki : Alfonso me hace gracia, dices, pasamos de los táctiles a los de esta. Yo me acuerdo cuando no llevábamos móviles trabajando y parábamos en las gasolineras a llamar a la bodega.

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Alfonso: Que es a lo que quería llegar con Luis, que te contaba Luis y decía: "Alfonso, nosotros íbamos de viaje, tú no le cogía el coche, te ibas a Madrid y volvías. Tú cogías el coche por las carreteras que había, te ibas a Madrid, pasabas toda la semana. Yo he tenido que poner 103 con una nevada, quedarme allí aislado y llegabas al hotel a la noche, cogías la guía de teléfonos y empezabas a llamar a los restaurantes. La forma de [inaudible 00:15:54- 00:15:55] dice y además a los restaurantes concertar citas que mañana ibas a pasar a visitarlos porque no había información de dónde sacar más que de la guía telefónica". Te cuenta esas anécdotas y dices... Yo no me pongo en ese lugar, me cuesta verlo, no lo he vivido. A mí me cuesta verlo.

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Iñaki : Ha cambiado. Yo me acuerdo cuando me tocaba viajar, que salía el lunes, me iba hasta el viernes. Mis críos eran pequeños, los llevaba al cole y me iba de viaje. Siempre me decía mi hijo, ¿a dónde vas papá?, y digo, yo ayudar a la gente. No le voy a contar yo, mi vida del vino y tal. Eso le encantaba, y a mitad de curso me llama la profesora para una tutoría y me dice: "oye, ¿tú a qué te dedicas? Que tu hijo parece que su padre es un superhéroe que va por la vida ayudando a la gente". Digo, yo vendo vino, es que dice, que estás todo el día ayudando a la gente. Le digo yo, es que es mi conciencia, mi forma de expresarme, mi trabajo es eso, ayudar a la gente. Claro, a un niño ¿cómo le explicas? Se lo explicaba así, el crío iba encantado y quería la profesora conocer al superhéroe, superhéroe que era yo.

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Entrevistadora: Aquí eres un superhéroe.

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Iñaki : Un superhéroe total. Es una anécdota, que fue curiosa ver que la profesora estaba totalmente intrigada a ver yo a qué me dedicaba.

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Entrevistadora: Por cierto. Tu familia, tu mujer, la madre de tus hijos. Tú viajabas todo el tiempo. ¿Qué papel juega la familia? Principalmente la compañera de alguien que se dedica a viajar en su trabajo día a día.

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Iñaki : La verdad es que hay etapas, cuando los críos son pequeños se lleva mal, porque es donde más hay que ayudar y no había posibilidad. Además tienes más necesidad de trabajar y generar recursos. Esa época es complicada, conforme los críos ya son autosuficientes, la cosa se relaja un poco y ahora que son más mayores, casi están deseando que te largues para quedarse ellos solos con ella y ya no es tan crítico. También te digo que ahora yo creo que viene otra etapa más, que es la siguiente que la que ellos se van, donde ya nosotros también tenemos que estar más pendiente de la que está en casa. Yo creo que si vas leyendo cada etapa y vas buscando tu presencia dentro de lo posible, lo que requiere cada momento, consigues salvar tu relación, pero yo afortunadamente con mi mujer, María, tengo mucha suerte porque ella, en todo momento, ha cubierto las partes que yo no he podido cubrir, yo he intentado en los fines de semana recuperar, pero el día a día es muy complicado y bueno, la verdad que se lo agradezco.

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Alfonso: Es complicado, y es complicado hasta el mero hecho de que según la profesión que tenga tu pareja, tu mujer, tiene que renunciar al tema profesional de alguna manera, ¿por qué?, por una dedicación estás fuera y te pierdes momentos complicados de la familia. No está mal decirlo y yo creo que como ya la habrá pasado mucha, muchísima gente. Yo he llorado de viaje, he ido con el coche y he ido llorando en el coche, porque te has perdido tres años de tu hijo, estás toda la semana fuera, es complicado. Es muy bonito el mundo del vino, el sector tiene su encanto, pero también tiene lo suyo y es duro, estar toda la semana fuera, perderte cumpleaños, cuando la pe- que se cae y lo llevan a coser unos puntos al niño, hay tensión y tensión. Yo creo que sin esas mujeres que tenemos... Es complicado.

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Iñaki : La verdad es que sí. La lágrima del vino no solo es esta, hay otras lágrimas detrás, como en cualquier trabajo.

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Alfonso: Cada cual tiene lo suyo. Es verdad que cada cual tiene lo suyo y parece que el viajar es muy bonito y está muy bien, pero es muy duro el encontrarte en un hotel a las diez de la noche solo, es duro.

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Entrevistadora: También hay que contarlo que [inaudible 00:19:50- 00:19:51] nos está escuchando alguien que quiera dedicarse a lo que ahora os dedicáis vosotros. Esa parte tampoco hay que esconderla.

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Iñaki : No, lo que pasa es que es verdad que como somos vendedores siempre contamos lo bonito, la parte chula, pero como todo, en todos los trabajos hay la cara bonita y la cara complicada, que si uno tendría--

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Entrevistadora: Habéis percibido que consumimos el vino de manera distinta, tanto consumidores finales como vuestros propios clientes, que os lo demandan de un modo distinto, diferente. Antes nos contabas ese ejemplo del tráiler completo para todo el año, pero ¿qué otras diferencias habéis captado?

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Alfonso: El mercado va cambiando, además está claro, siendo uno de los mayores productores de vino en el mundo, el consumo per cápita está bajando muchísimo. El consumo de vino, para hacer un país del volumen de producción que tenemos no estamos... Somos de los países que menos consumimos. ¿Está cambiando? Sí, también se elabora muchos tipos de vino, pero sí que vemos que el cliente igual consume menos, pero de mayor valor añadido, algo de mejor calidad, por así decirlo.

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Iñaki : Lo que pasa es que antes la gente no bebía agua, porque el agua era casi menos fiable que el vino. En cualquier pueblo no había el agua regulada. La gente se hidrataba con vino y el vino era casi la bebida.

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Alfonso: Pan y vino, es que era pan y vino, el alimento.

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Iñaki : Claro, ahora yo siempre digo, yo tengo mi copa de vino y mi copa de agua, yo me hidrato con agua y el vino lo degusto. Tengo todos los puntos de carnet, y creo que es la manera de consumir el vino. Hay veces que es verdad que te apetece más vino que agua, pero siempre al lado de una copa de vino tiene que haber una de agua y de esa manera siempre tendrás el equilibrio de consumo.

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Alfonso: El consumo está cambiando, también en el sentido de que tú antes veías en cualquier zona. En la zona norte se sale y nos relacionamos tomando un vino y a las cuadrillas que iban un vino en un bar, otro vino, otro vino y yo soy de pueblo, de un pueblo de Valtierra, y esas cuadrillas que pasaban por todos los bares del pueblo todos los días a tomar vino. Ahora eso ya no está.

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Entrevistadora: ¿Cómo hacemos para que los jóvenes se interesen aún más por el vino, y además con los vinos tan buenos que somos capaces de hacer?

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Iñaki : Yo creo que la gente joven sí tiene interés por el vino. Otra cosa es que sea el momento de tomarlo. Yo cuando era joven salíamos y en ese momento se hablaba que íbamos de pedo, que queda muy feo decirlo, pero te ibas con la cuadrilla y eso no encaja con el tempo que te marca un vino. El vino es para: tú abres una botella de vino y se detiene el tiempo, vas a otro ritmo, hay una conversación. A la gente joven hay que dejarle su tiempo de salir de vuelvo a repetir de pedo, que queda fatal, porque luego cuando ya tienen su relación, su hipoteca y todo en orden, llega el momento del vino. Ahí indiscutiblemente se para también el ritmo de vida y de salir, y encaja muy bien el vino. Incluso hay gente que hace las dos cosas, un sábado sale más de juerga y otros se quedan en casa tomándose una buena cena con un vino.

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Iñaki : Yo creo que no hay que meterles prisa, sí que hay que ir dándoles formación, y hay que explicarles cómo es el vino y todo eso siempre vendrá bien para luego, pero no hay que tener prisa en que lo consuman, porque todo tiene su momento y tienen mucho interés. Yo cuando explico el vino a jóvenes están encantados.

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Alfonso: Son los que más preguntan, los que más inquietudes tienen además. Luego que también es cierto que el paladar se va haciendo, ¿a quién de joven nos gustaba tomar mucha cerveza? Ahora tomas una cerveza, la disfrutas, la ves de otra manera, pero también el vino va un poquito que es cultura. Yo creo que en este país se está perdiendo un poco también lo que es esa cultura de donde venimos. A mí me cuenta muchas anécdotas, por ejemplo en Inglaterra y que muchísima gente en discotecas bebe vino, un vino rosado en discotecas, ni cubatas, beben con vino. Te cuentan datos de ventas de bodegas españolas, en según que discoteca y te quedas asombrado ¿cómo se puede beber tanto vino en una discoteca de noche? Porque lo ven algo elitista, algo elegante.

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Iñaki : Es un producto de lujo también. Ahora cada vez más hay vino ya aquí a la noche, en locales, cada vez más. Yo prefiero tomarme un vino a un combinado, pero tiene que estar bien servido, tiene que estar a su temperatura, etcétera.

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Entrevistadora: Estaba pensando que vosotros, con todo lo que lleváis recorrido, tenéis que tener de historias, en vuestros viajes, en vuestro contacto con las personas que os compran el vino. ¿Qué es lo más estrambótico que os ha pasado? ¿Qué historias tenéis hay, que podéis compartir con nosotros?

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Alfonso: Yo me he acordado una cata y entrar a un local, tenía una entre planta y demás. El sitio, yo, mi traje, mi corbata elegante. Iñaki, como un señor elegante, y me acuerdo ahí olía a porros, a marihuana y a todo. Vamos a hacer una cata aquí ahora mismo, voy a hacer una cata, quizás aquí se podía fumar entonces [inaudible 00:25:17- 00:25:18] se podía fumar, pero si aquí está todo lleno de humo, aquí es imposible. La cata la hicimos, la sacamos adelante como pudimos. Ya sabes que cuando tienes más de tres vinos en una cata, hay mucha voz, se pierde un poco el contacto, y me sorprendí porque luego quise hacer seguimiento de esa cata y fue el mejor cliente que tuvimos del vino. Cosa que no [inaudible 00:25:40- 00:25:41] a ver, ¿pero cómo puede ser? Fue el mejor cliente que tuvimos en esa ciudad, el que más consumo tenía, con muchísima diferencia, con muchísima diferencia.

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Entrevistadora: Si sacas conclusiones literales...

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Alfonso: Muchas veces hacemos prejuicios de muchas cosas, que no sabes cómo va a venir, y tengo también el aspecto contrario, pero esa fue la que más me marcó. Nunca sabes como pueden salir las cosas, con lo cual siempre hay que hacerlo con ilusión y poner todo de ti.

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Iñaki : A mí me ha pasado también de todo, pero recuerdo una en Bermeo, me llamó el distribuidor de Guernika, que es el que hace esa zona y me dice oye: "¿Te importa venir el sábado? Tenemos un cliente buenísimo, que tiene clientela muy buena", podríamos hacer una cata, digo yo, encantado y llegamos a Bermeo. La verdad que es un pueblo muy chulo y allí, en medio de la plaza, hay un montón de bares y me dan un micrófono, un altavoz enorme y no había nadie, y mi mujer, pero tú ya has organizado esto bien, que sí, pero yo no sé aquí cómo hacen las catas. Le digo, oye que aquí no hay nadie. Dice: "No, tú empieza ya irán viniendo", ¿como qué ya irán viniendo? ¿Qué tipo de cata es? Me vi como el que vendía los bolis en San Fermines, ese que empezaba a hablar ahí en el Paseo Sarasate. Empezamos a hablar, y poco a poco fue viniendo gente y la cata acabó bien, pero yo la verdad que pasé un rato muy complicado, porque estaba hablando a nadie, no había nadie.

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Entrevistadora: Solo que muy prontito tendréis vuestro siguiente viaje y de ahí otro y otro y otro, porque vuestra vida es así y ese contacto con las personas. Hoy os agradecemos que hayáis estado con nosotros, que nos hayáis transmitido lo que supone vender vino allá donde vayáis y os deseamos todo lo mejor. Seguro que va a llegar todo bueno, ¿verdad?

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Alfonso: Siempre es en el resultado estando siempre [inaudible 00:27:38- 00:27:39].

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Iñaki : Luego cada año te depara historias nuevas. No hay ningún año igual, el año bueno, que todo el mundo dice, yo no lo conozco. Todos los años surge algo y es lo bonito de nuestro trabajo. Que tienes que ir leyendo un poco el año y adaptarte y el que mejor se adapta al final, a lo que es el escenario que tiene, es el que saca más partido de ese año.

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Alfonso: La suerte no existe, la suerte no viene porque sí. La suerte es que te toque la lotería, eso sí, es suerte, que te toque la lotería, pero las demás cosas vienen haciendo tu trabajo desempeñándolo, estando donde tienes que estar, en su momento adecuado y de ahí salen cosas. Eso no es suerte, eso es un trabajo.

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Entrevistadora: Chin chin, un brindis entre, Iñaki Oñate y Alfonso Garcés. Cogemos el coche porque seguimos ruta. Nos vamos con vosotros, a vender vino. Gracias.

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Inaki y Alfonso: Gracias a vosotros.

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Narrador: Has escuchado, Mi gente tiene D.O.N. Pódcast de Relatos de vida y vino. Mi gente tiene alma, pasión, amor por el vino. "Mi gente tiene D.O.N."

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