Episode 1

Cuidadores de viñas

¿Viticultores o cuidadores de viña? Dos formas distintas para denominar una misma profesión marcada por el respeto, el amor y el compromiso con la viña. David Palacios y Julián Palacios son los protagonistas del primer capítulo del podcast “Mi gente tiene D.O.N: relatos de vida y vino”. Un tema propicio para inaugurar esta colección de historias de la D.O. Navarra. El viñedo es el origen y nadie mejor que ellos para transmitírnoslo.

Transcript
Locutora/Entrevistadora:

¿Sabías que mi gente tiene don? Comenzamos una nueva aventura, la aventura de este podcast. El podcast del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Navarra, está diseñado para la gente que ama el mundo del vino, para la gente que tiene don. Es decir, para gente como tú y como yo.

Locutor:

"Mi gente tiene don", Relatos de vida y vino.

Locutora/Entrevistadora:

Dicen que quienes cuidan viñas están hechos de otra pasta. Dicen que la viña es para héroes o heroínas. Puede que sea verdad o simplemente una exageración, ¿salimos de dudas? Conversamos cara a cara con dos jóvenes viticultores, casualidad además de su amor por la viña, comparten apellido sin ser familia. Julián Palacios. Bienvenido.

Julián Palacios:

Hola, ¿qué tal?

Locutora/Entrevistadora:

Y David Palacios. Gracias por acompañarnos.

David Palacios:

Un placer.

Locutora/Entrevistadora:

Los Palacios. ¿Preferís que os llame viticultores o cuidadores de viñas?

David Palacios:

Bueno, yo creo que de las dos formas, ¿no? A Julián le puede llamar cuidador de viñas y a mi viticultor y ya está. Son dos sinónimos, aunque con un poco más de sentimiento"cuidador de viñas".

Julián Palacios:

Claro, es que somos viticultores, ¿no? Pero es verdad que el concepto de cuidador de viñas creo que transmite cómo esa pasión o un mínimo detalle, ¿no? Igual, como acabas de decir, hay que ponerle al viñedo cuando quieres que te dé lo mejor, ¿no?

David Palacios:

Pero bueno, si conseguimos introducir la palabra de viticultor, ponerla en el rango que se merece, porque en muchos sitios el ser viticultor tiene incluso hasta un prestigio social el ser un viticultor, pues la podemos utilizar. Yo creo que la sociedad tiene que entender que hay una profesión específica que es ser viticultor.

Locutora/Entrevistadora:

¿Y en qué sois diferentes? Aparte de cuidar viñas me refiero, ¿en qué os diferencia de otros agricultores el hecho de que sois quienes miráis a las cepas y hacéis que crezcan?

Julián Palacios:

Mira, es curioso. Esta pregunta es muy buena, porque si tú eres fruticultor, ¿qué haces? Produces manzanas, produces peras, ¿no? Cultivas trigo, cultivas lechugas. Nosotros siempre decimos que cuidamos viñas. Hablamos más que del producto, de la parcela, de lo que está ahí, ¿no? Yo creo que te da esa idea de que la dedicación y la conexión que tienes con el cultivo es algo diferente.

Locutora/Entrevistadora:

¿Os acompañan toda vuestra vida o gran parte de vuestra vida las mismas cepas?

David Palacios:

Es que ser viticultor, lo decía Julián, es algo diferente. Tú la vinculación que tienes con la vid la tienes todo el año, cosa que no sucede con otros cultivos. Lo primero, tú cuando plantas un injerto, lo plantas a futuro. Sabes que durante los tres primeros años no vas a recoger cosecha, sino que vas a estar formando esa cepa, vas a estar acompañándola, es como un crío, ¿no? Esos momentos complicados de crecimiento, del gateo, ese inicio de la vida. Y le vas a pedir ya un poco de responsabilidad a partir de los cuatro años. Pero es que luego, a lo largo de todo el año vas a estar vinculado a ese cultivo. Nos va marcando la vid prácticamente las estaciones del año. Cuando es el invierno, estás podando la viña, cuando llega la primavera, esa efervescencia que tenemos todos en la primavera, esa efervescencia la tiene la viña.

David Palacios:

Ahora estamos a tope, que diríamos en el manejo de la vegetación, además pues, a merced de la naturaleza, un poco al ritmo que nos va marcando, pero muy involucrados con ella. En el verano sigue trabajando la viña despacio, pero sigue trabajando, pues como a nosotros, no le apetece, pero hay que ir haciendo. Y luego, en el otoño, es cuando recoges el fruto. Pero es que todas las estaciones, todos los meses del año, tienes vinculación y trabajo directo con la viña. No hay ningún momento prácticamente del año que desconectas, porque siempre hay un trabajo que hacerle al cultivo de la vid.

Locutora/Entrevistadora:

Así que también tenéis que ser pacientes, ¿no?

Julián Palacios:

Sí, porque yo creo que todo lo que es a medio y largo plazo requiere una dosis de paciencia, ¿no? Eso está claro. Y luego, como dice David, que es de los cultivos en las que más veces te ves mutuamente. Porque, no sé, todos sabemos que tú plantas una lechuga y 30 días después ya la recoges, ¿no? Por decirte algo. O el cereal, que es un cultivo más anual. Pero incluso en cultivos más leñosos no tienen la exigencia del viñedo. Solemos decir que es un cultivo más de infantería que de caballería, ¿no? Entonces, claro, el estar andando en el viñedo, el estar ahí, la conexión es mucho más íntima.

Locutora/Entrevistadora:

¿Le llegas a coger más cariño a una cepa que a otra o no?

Julián Palacios:

Las conoces.

David Palacios:

Sí, es que las conoces. Es que hay cepas que pasas tantas veces por ella que ya la reconoces. sabes pues, una que tiene un pulgar especial o que tiene una curvatura diferente o porque tiene una marca que que dices"vuelvo a estar en ella", ¿no?

Julián Palacios:

Las que están más débiles las has cuidado más, se va recuperando, le has hecho más mimos. A ver, no sé, pues como un pastor antes con sus ovejas, evidentemente no te sabes todas, pero sí sabes que en esta Ringle, ahí al fondo, a esta cepa le estoy haciendo algo diferente.

Locutora/Entrevistadora:

Confesiones, ¿les habéis llegado a poner nombres a alguna cepa?

David Palacios:

No, aún no.

Locutora/Entrevistadora:

A tanto no hemos llegado.

David Palacios:

No somos tan frikis. De momento, oye, a lo mejor luego.

Julián Palacios:

Pero por ejemplo los viñedos es verdad que, bueno mi hija mayor, la última viña que plantamos en casa ella ya tenía tres o cuatro años y entonces le llama Viña Inés, ¿no?, por ejemplo. ¿Sabes? Como que le gusta y dice"la próxima que plantemos será como se llaman mis hermanos", como que hay ahí algo más humano, ¿no? No sé, no lo llamarías con algo más personal a un campo de brócoli, ¿no?

David Palacios:

Sí, pero las viñas todas tienen su nombre. Todos los viticultores denominan a una viña de alguna forma. Muchas veces, en el paraje en el que se están cultivando, pero otras veces por anécdotas o por un árbol que hay. Yo, por ejemplo, tengo una viña que es la del olivo. Porque hay un olivo que se ha mantenido durante años y durante diferentes viñedos además, y esa siempre será la del olivo. Es así, cada uno le va poniendo un nombre a la viña, pero aportándole un sentimiento o algo que la diferencia, ¿no?

Locutora/Entrevistadora:

¿Habéis nacido vosotros entre viñas?

Julián Palacios:

Bueno, pues sí, ¿no? O sea, de alguna manera yo todos los recuerdos de nuestra infancia en la familia.

David Palacios:

Hombre, yo nací en Pamplona, en la maternidad.

Julián Palacios:

Y yo.

David Palacios:

Creo que la mayoría de los navarros de nuestra edad.

Julián Palacios:

A que tu madre y mi madre estarían embarazadas de nosotros y estarían trabajando en la viña hasta que pudieron, ¿no? Seguro pocos días antes de nacer, si había que nacer en verano, mi madre estaría deshijando o desnietando y estaría allí. Seguro.

David Palacios:

Sí, sí. Bueno, eso al final me ha tocado de crío, incluso en el tajó estar embarazadas vendimiando. Cuando se hacía la vendimia toda manual y era con temporeros, estar embarazadas pero en un estado de embarazo muy, muy, muy avanzado.

Locutora/Entrevistadora:

O sea que antes de nacer ya estabais entre las viñas. ¿Y qué habéis aprendido? Porque ahora sois viticultores, pero todo esto lo habéis aprendido por la tradición familiar también en el origen.

Julián Palacios:

Mucho ves que se te ha ido pegando, como por ósmosis, que no te has dado cuenta. Yo voy a confesar aquí una cosacuando era más joven, adolescente, las cepas eran como esos arbolitos que me fastidiaban las vacaciones, ¿sabes? Porque en la familia había que ayudar siempre, y yo qué sé, pues tenías amigos de otros pueblos o lo que sea, o de la ciudad y se iban de un campamento o al extranjero, o se bajaban a Andalucía y no sé qué, y tú ahí. Y luego yo hice agrónomo y me fui dando cuenta de que eso me llamaba, ¿no? Era mi profesión, mi pasión y después como se me ha ido metiendo esto, ¿no?

Julián Palacios:

Yo creo que nuestros padres, no sé cómo han conseguido ese equilibrio entre no forzarte a hacer algo que te desagradara, pero siempre estaba ahí. Como estaba siempre ahí, pues lo veías como lo normal. Entonces te das cuenta de que eso que ha formado parte de tu ecosistema, de tu entorno.

David Palacios:

Yo lo he tenido claro desde pequeño. Es algo que me inculcó mi padre. Supo hacerlo además de una forma muy inteligente, buscando ese equilibrio. Desde que era yo pequeño, mi padre me llevó al campo, pero me llevó al campo a disfrutar y a la vez él me iba transmitiendo unos valores y una forma de vida que era la suya y era la que había heredado de sus padres, que era ese amor a la viña, porque mi padre se consideraba ya de toda la vida viticultor, era su cultivo y era lo que le gustaba hacer y supo transmitírmelo a mí.

David Palacios:

Cuando era pequeño primero me enseñaba a llevar el tractor. Hoy verías a un niño con seis años montar el tractor y casi sería delito, ¿no? Pero bueno, era la vida de los pueblos y es cómo ha funcionado hasta ahora. Y yo era pequeño y llevaba el tractor con seis años, que no llegaba ni a los pedales. Supo enseñarme a podar enseguida, no a sarmentar, me enseñó a lo bueno que era lo bonito.

Julián Palacios:

Era lo habitual.

David Palacios:

Era lo habitual. Los jóvenes que hagan lo difícil, no, mi padre decía"no, que sepa podar, que sarmentar eso lo hace cualquiera". Entonces supo él, con mucha inteligencia, atraerme al lado bonito de la viticultura. Y de hecho yo cuando era pequeño e iba a parvulitos, pues la señorita Sara que era la maestra del pueblo decía"¿Qué vais a ser de mayor?", y yo decía"yo, labrador". Porque es que además me encantaba. Y a lo largo de toda mi vida lo he tenido muy claro, ha sido mi objetivo, aunque cursé los estudios, pero es que mi objetivo era llevar esa explotación familiar, el evolucionar, el aumentarla, el seguir en la línea de los timbá, pero siempre con ese respeto y con ese amor, y ese compromiso, porque en el fondo es un compromiso muy fuerte, ¿no? El ser viticultor, dejas muchas cosas en un segundo plano y en primer plano siempre tienes en la mente las viñas.

Julián Palacios:

¿Sabes de qué me acuerdo yo de niño? Que no entonces, pero luego he visto que ha sido, no sé, me impactaba, ¿no?, cuando pienso en una tormenta de estas en verano, ¿no? Y claro, venía del sur o tal y entonces, pues en casa ir al balcón que era hacia allá, ver el tormentón y empezar a llover y ponerse a granizar y echarse mi madre a llorar.

David Palacios:

Mi madre ponía siempre una vela, tenía siempre unas estampitas en la cocina y cuando empezaban los truenos pues ponía una vela a ver si la Virgen de Olid de Santa María o la Virgen del Corea la iba a proteger de la apedreada.

Julián Palacios:

En esa época no había la cantidad de seguros agrarios que hay ahora y eso. Ver a tu madre llorar porque se podía estar fastidiando toda la cosecha y tal. Y yo"mamá, ¿por qué lloras?", no entendía, pero con el tiempo es como"joder", ¿no? Y con lo que comentabas de cómo se nos ha ido metiendo sin darnos cuenta eso en nuestra vida, ¿no?

David Palacios:

Es que eso es de las cosas más duras y más complicadas en este sector, en la viticultura y en la agricultura en general. Pero al final, cuando tienes un negocio sin techo y a expensas de los caprichos de la naturaleza, que cada vez es más caprichosa, como nos lo va demostrando en los últimos años. Pues cruzas los dedos muchas veces a lo largo del año, ¿eh? Cada vez que hay una tormenta decimos"¿Cómo vendrá? ¿Vendrá sólo con agua o vendrá acompañada de pedrisco? O cuando llega la primavera, en ese mes de abril y principios de mayo, que es el estado más vulnerable de la vid, estás mirando continuamente que temperatura va a hacer si nos van a afectar las heladas, porque es que todo el trabajo que llevas haciendo durante el año en unos segundos se termina.

Locutora/Entrevistadora:

Seguís poniendo metafóricamente esa vela, ¿verdad? Rezando, eso sí, también muy apoyados en la tecnología, porque si ahora echáis la vista atrás en cómo eran los tiempos cuando erais niños, que nos lo estáis contando y como es ahora, es que ahora sois ingenieros, sois meteorólogos, tenéis una tecnología, tenéis unos tractores de miedo, tenéis una maquinaria increíble. Han cambiado los tiempos mucho.

Julián Palacios:

Muchísimo. Es que yo creo que no tiene nada que ver. Igual, parte de la despoblación rural, en sus tiempos aparte de un tema económico, también era como"ojo, que no tengan los hijos la vida que he tenido yo", ¿no? Que pensaron igual muchos abuelos de los pueblos de otras generaciones con cierto sentido, ¿no? El sol a sol, la dureza, el clima, el bájate con unos ganados tres horas y que llueva y que no sé qué.

David Palacios:

Pero ahí fue el principal cambio. Ahora habrá muchos e incluso creo que en un futuro no muy lejano veremos cómo los tractores van solos en el viñedo, porque hoy en día pues, por GPS, por geo radar, pues la tecnología está ya encima de la mesa. Pero el verdadero cambio lo vieron nuestros padres. Creo que el pasar de la ganadería, de cultivar la vid con las ganaderías, que eso sí que era esclavo, porque las horas que había que dedicarle al ganado y la dureza y la rudeza que había en el trabajo era brutal. Ese fue el verdadero cambio pasar de la ganadería a los tractores, a la mecanización. Nosotros hemos visto una evolución, además, que va a un ritmo vertiginoso, porque cada año van saliendo nuevas herramientas, nuevas posibilidades para hacernos el trabajo mucho más fácil. Pero ese fue el verdadero cambio y la verdadera evolución.

Julián Palacios:

Lo que comentas de la tecnología es verdad, ¿no? Porque todos tenemos en el móvil todas las aplicaciones.

David Palacios:

Sí, sí, sí. Y herramientas que nos ayudan además a tomar decisiones, a anticiparnos, a hacernos el trabajo más fácil y más cómodo.

Julián Palacios:

Estaciones climáticas, temas de mapas, de datos. Eso es una pasada y lo que va a venir. Pero claro, tú estás planificando los tratamientos en base al tiempo que prácticamente sabes que ya va a hacer. Imaginaros nuestros abuelos no sabían. O sea, tú ahora ves"mañana va a hacer 18 grados de máxima, pero el martes 33", ya sabes qué va a pasar y ellos no sabían. O que va a venir un tormentón y tú"joder, voy a anticiparme".

David Palacios:

Pero te montas en el tractor con el atomizador y tratas. Antes tenían que tratar a mano con una mochila, luego eran ya los carros en las caballerías. El verdadero cambio y la evolución llegó con la mecanización.

Locutora/Entrevistadora:

¿Y qué es lo que está por llegar? Y concreto la pregunta, ¿os gustaría que vuestros hijos, hijas fueran viticultores o cuidadores de viñas?

David Palacios:

Yo todavía no tengo hijos, soy joven, pero si tuviese me encantaría. Además, yo intentaría tener esa visión y esa inteligencia de mi padre para atraerles a este sector que bueno, no es fácil, pero ningún sector es fácil en la vida, o sea que nada es fácil. Pero sí que intentaría que les gustase y les apasionase la viña y el vino como me apasiona a mí.

Locutora/Entrevistadora:

Julián. ¿Qué hacemos con Inés?

Julián Palacios:

No, sí me encantaría que la generación de nuestros hijos pueda tener como una oportunidad en la vida o una opción en la vida al dedicarse a la agricultura, ¿no? Y además, lo que me encantaría es que aporten más de lo que nosotros estamos haciendo, que cada uno sume más, ¿no? Y ahí hay un reto fundamental, que es también la rentabilidad. Claro, porque uno no se puede meter en un negocio solo por romanticismo, porque el primer pilar de la sostenibilidad es el económico. Entonces ahí nos queda mucho camino por hacer, porque como dice David, es un sector duro.

Julián Palacios:

Tenemos que ser capaces de comunicar a los consumidores los valores que hay dentro de una botella de vino y, por qué un precio determinado y que no tiene que ver nada la viticultura que tenemos nuestros pueblos o aquí en Navarra, con la viticultura de otras zonas de España o del mundo, y que eso hay que pagarlo. Y en ese sentido son retos. Y yo creo que tenemos que ir generando las condiciones para que la generación de nuestros hijos pueda ver esa salida y dar ese paso adelante qué falta, ¿no?

Locutora/Entrevistadora:

Vosotros, particularmente los Palacios, Julián y David, estáis haciendo mucho en ello y no lo hemos hecho hasta ahora, pero es bueno también contarlo porque hoy estáis aquí como viticultores, pero también es importante decir que, por ejemplo, David es presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Navarra. Eres presidente de la Conferencia Española de Consejos Reguladores Vitivinícolas y presidente de la Cofradía del Vino de Navarra. Y por tu parte, Julián, además de hijo y nieto de viticultores, eres ingeniero agrónomo, estás volcado en la asesoría vitivinícola y también en la formación. Haces documentales de vino, presentas también otro tipo de podcast relacionados con la viticultura. Es decir, queréis difundir esta pasión y este sentimiento, más allá de lo que llega a vuestra voz en un primer lugar, sino haciéndola extensible a tantísimas personas. Es importante.

David Palacios:

Hombre, hemos dicho antes que cuando eliges esta profesión, eliges un compromiso. Eliges un compromiso con tu cultivo, con la vid, con tu sector. Tenemos que aprender que para poner en valor para que de verdad merezca la pena lo que hacemos, lo ha dicho antes Julián, que es importante que aquí a todo el mundo económicamente le sea atractivo y rentable su trabajo. Tenemos que trabajar en conjunto y que la gente joven y no tan joven, todo el sector en general, tenemos que arrimar nuestro hombro, aportar nuestro granito de uva y fomentar el cultivo de la vid desde las instituciones, desde la formación, desde el marketing.

David Palacios:

En definitiva es eso, arrimar todos y estar presentes, porque nada está hecho. Además, hay que ir evolucionando siempre, hay que evolucionar en el viñedo pero hay que evolucionar también en la comercialización, en cómo enfocamos el viñedo de Navarra, adaptarlo a los tiempos y para eso hay que estar ahí siempre tomando decisiones y aportando lo poco o lo mucho que sabemos, pero con compromiso. El mismo compromiso que tenemos en el viñedo, compromiso en nuestro sector y siempre desde el punto de vista de la colaboración y la cooperación. Las individualidades son como estrellas fugaces, eso duran un día o un instante. Si queremos construir algo sólido, tiene que ser en conjunto y desde la colaboración.

Julián Palacios:

Sí, y luego de lo que estabas comentando tú, lo que no se comunica, no se conoce, ¿no? Y también este sector es muy peculiar, cada sector tiene sus peculiaridades. En los años 70, 80 las bodegas enseñaban la línea de embotellado, ¿no?, era la tecnología, lo más moderno. Luego se enseñaban los depósitos de acero inoxidable, la bodega, la enología y ahora llevamos unos años en los que se mira hacia el viñedo.

David Palacios:

Pero muy pocos, en los últimos años.

Julián Palacios:

:Y formamos parte de ese cambio y es una gozada. Pero también es que ahí es donde está la verdadera singularidad y la verdadera identidad, porque eso no se puede repetir, ¿no? Un viñedo de San Martín de Unx o un viñedo de Olite no hay en otra parte del mundo.

David Palacios:

:Y que eso es el origen, además. Ahí están las raíces que profundizan en esta tierra y extraen lo mejor de ella.

Julián Palacios:

:Pero yo creo que tenemos que aprender a comunicar. Es como ese concepto de"no puedes querer lo que no conoces, pero no puedes contar lo que no quieres", como has dicho tú, lo que pasó contigo y con tu padre y que ojalá consigamos hacer nosotros, es conocer muy bien nuestro entorno, quererlo y contarlo, que siempre creo que hemos fallado en eso, a veces hasta haciéndonos como de menos, ¿no?

David Palacios:

No, y poner en valor el viticultor, pues porque sin viticultor no hay uva, sin uva no hay vino, o sea, siempre el viticultor es la parte más frágil del eslabón, pero es fundamental. Es el origen en lo que supone la palabra origen, el que produce la uva, que luego se va a transformar en esos vinos.

Locutora/Entrevistadora:

Es la uva, es el origen y también todo lo que está por llegar. Pero estoy recordando, me vino una imagen a la cabeza, la vez que es Obélix cayéndose en su marmita. ¿Tú?

David Palacios:

Es información privilegiada.

Locutora/Entrevistadora:

¿Te suena a ti algo esa metáfora?

David Palacios:

Sí, me suena esa metáfora. Pues es verdad. No sé quién te ha contado. Algún chascarrillo, pero cuando yo era pequeño, mi padre era viticultor y a la vez elaboraba en casa, era esa figura que se ha perdido hoy, salvo muy honrosas excepciones, pero esa figura que había en Navarra, que eras viticultor y a la vez elaborador, y las bodegas, además, estaban en las propias casas en lo que eran los bajos de la vivienda. Yo era chico, tendría seis, siete años y un sábado y bajé a la bodega con mi pantalón vaquero nuevo que me había puesto mi madre. Siempre me echaban la bronca, "no bajes a la bodega, que es peligroso" y bueno, pero siempre nos ha gustado desobedecer. Y bajé a la bodega y estaba ya mi padre con mi tío en los trasiegos y me resbalé y me caí al depósito de hormigón que estaba lleno de vino. Pues me caí y menos mal que estaba mi padre al lado y con reflejos de padre me sacó del depósito porque me hubiese ahogado.

David Palacios:

Había muchos accidentes de hecho en las bodegas antiguamente.

Locutora/Entrevistadora:

¿Tragaste vino?

David Palacios:

No recuerdo eso. El susto que tuve, sí que me impregnó de arriba a abajo de vino, porque la bronca que me llevé luego, cuando subí a arriba con el vaquero nuevo chorreando de vino fue monumental. Pero aparte de aprender una lección, lo que creo que tengo una inmunidad hacia el vino ahora.

Julián Palacios:

Yo doy fé que David se porta bien el vino, por decirlo así.

David Palacios:

Y ahí me impregne también de este producto que me acompañó luego toda la vida.

Julián Palacios:

Es que lo de Obelix y esto está bien.

David Palacios:

Pues me caí a la marmita. Oye, era el destino. Yo creo que desde pequeño estaba el destino ya marcado.

Locutora/Entrevistadora:

Obélix Palacios, digo, David Palacios y Julián Palacios. ¡Qué placer! Seguid así. Muchísimas gracias.

Julián Palacios:

Gracias a vosotros.

David Palacios:

Pues muchas gracias y seguiremos haciendo lo que sabemos y lo que nos gusta trabajar y disfrutar con lo que trabajamos.

Julián Palacios:

Cuidar viñas para que vivan muchos años y nosotros estamos cuidando las que plantaron nuestros padres, nuestros abuelos y que alguien tenga la oportunidad de cuidarlas las nuestras, ¿no?

David Palacios:

Así es.

Locutor:

Has escuchado"Mi gente tiene don", Podcast de Relatos de vida y vino. Mi gente tiene alma, pasión, amor por el vino. Mi gente tiene don.

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RELATOS DE VIDA & VINO